Historias de Vida


Historia de Lucía

Una seguidora de nuestro facebook “donar vida”, quiso compartir con nosotros, la historia de vida de su pequeña hija Lucía, una niña que nació con una atresia de vías biliares, una enfermedad que trajo como consecuencia un transplante de hígado, haciendo pasar a la niña y a su familia por momentos bastante difíciles.

Sin embargo, hoy solo son recuerdos, ya que actualmente es una niña feliz y con escasas limitaciones.

Mamen Llorens, madre de la niña, comparte este video llamado "Mi Pequeña Luchadora".

“Al donar órganos estamos regalando vida”





Testimonio de Ramón Corona

Compartimos con todos ustedes, la experiencia vivencial de Ramón Corona, quien le donó un órgano a su hija.



Historia de vida de Rosibel Arrieta Alvarado

Nací un 24 de agosto del año 1960. Desde el día que nací, padecí de una fuerte anemia, una anemia de la cual los médicos que me controlaban nunca le dieron explicación, por lo cual me mantenían en control cada mes y me hacían transfusiones de sangre, me acostumbre a vivir con ello y así transcurrieron los años, la única forma de darle un poco de importancia era en el transcurso de los embarazos de mis hijos, pasado este periodo, yo seguía mi vida normal.

En enero del año 2005, por bienestar propio, fui al laboratorio a hacerme un chequeo con una actitud muy positiva, ya que, siempre gocé de una excelente salud, excepto mi anemia, mi dieta era muy buena, ingería poca comida chatarra, no tenía vicios por lo que consideraba que mis exámenes iban a ser excelentes .

Todos mis exámenes salieron muy bien, solo la hemoglobina salió baja, lo cual me preocupo enormemente porque pensaba que ya había superado esa etapa de mi vida.

Meses antes de los exámenes de sangre sentía un fuerte dolor en mis hombros que consideraba que era producto de estrés ya que, mi ritmo de vida era muy agitado.

Dicho malestar cada día se hacía más y mas fuerte, de los hombros comenzó a bajar poco a poco hacia mi espalda hasta quedar alojado en la parte derecha de mi cintura, lo cual me provocaba un fuerte dolor al respirar, pero aún así mi vida seguía exactamente igual, veía a mi familia, mi casa y mi negocio, por lo que, nunca me consideré enferma, hasta que un día mi Padre Celestial me envío un cliente que siempre he considerado un ángel, al cual le comenté sobre mi dolor me recomendó que me hiciera un ultrasonido para ver su eran piedras en la vesícula, por lo que saque la cita.

El 27 de mayo del 2005, fui a hacerme el ultrasonido y para mi gran asombro no eran piedras, sino se me veía unas grandes mancha en el lado derecho del hígado, por lo cual el médico me dijo que me preparará para un largo proceso de hospitales, médicos, análisis y quimioterapia, si todavía había posibilidad de hacerme algo, en ese momento él hablaba con mi esposo y conmigo, pero yo me encontraba ausente, sin derramar una lagrima , sin creer que fuera yo la que estuviera pasando esto, en ese momento me reprochaba el por qué no me había puesto atención a mí misma, si siempre me consideré una excelente esposa, madre, hija, hermana y amiga, y así les hubiera ahorrado toda la angustia y dolor que se aproximaba para ellos.

El llevó mi caso al Hospital México, ahí durante cinco meses, cada ocho días tenía cita en donde se me hicieron tac, ultrasonidos, gastroscopia, colón por edema, exámenes, biopsias, etc., aparte de otros que me hacían en clínicas privadas para adelantar y ganar tiempo, además un sinfín de análisis que los médicos de ahí me decían que era para encontrar el primario, ya que en todo momento por mi pérdida de peso pensaron que era cáncer, y no me creían que era por la gran depresión que me estaba consumiendo, ya que deje de comer, dormir y solamente sentía deseos de provocarme los vómitos para sacar la angustia que sentía en mi estomago.

Mis biopsias las analizaban una y otra vez y cada diagnostico tenía un nombre diferente. En este corto periodo que para mí eran siglos, y en cada cita e internamiento sentía que me moría y le pedía a Dios fuerzas, que me quitará aquel miedo tan grande que sentía por los médicos por la manera tan fría que nos hablan a los pacientes, donde nos ven como una cifra más de la estadística de asegurados que atienden cada día.

Sin embargo de ese grupo rescato a la cirujana Cinthya Solano por su manera tan especial de tratarme en estos momentos angustiantes. Terminado todos los análisis, la doctora que en ese momento le toco darme el supuesto último diagnostico, me dijo que en sesión de médicos habían discutido mi caso, y que lo que yo tenía no se podía operar por estar en ambos lados del hígado, los médicos de oncología dijeron que no se me aplicara quimioterapia, radioterapia, etc., y que lo que yo necesitaba era un trasplante de hígado pero que en el país no se estaban haciendo por lo que me iban a dar un seguimiento con tac y ultrasonidos para ir dándole un seguimiento a mi enfermedad pero que no había nada que hacer, nuevamente sentí que se me vino el mundo encima en donde no me daban posibilidades de luchar, desesperada busque al patólogo para sacar la biopsia fuera del país, pero me aconsejo que buscara otras alternativas porque él había seguido estudiando mi caso y que tenía un resultado menos agresivo el cual era hemangioma endotelioma epitelioide y que consideraba que no era necesario seguirlas revisando, pero que buscara otros médicos.

Comencé mi lucha nuevamente, junto a mi esposo, hijos, familia y mis amigas que no me dejaron ni un momento sola en este viacrucis, volví a caer en presión, y comenzamos nuevamente mi esposo y yo a visitar cirujanos, oncólogos, naturalistas, íbamos de clínica en clínica, pero sin que me dieran un aliciente o una posibilidad de sanación, hasta que llegue donde el oncólogo Denis Landaverde, el cual ante mis ruegos accedió a tomar mi caso, me llevo para el hospital San Juan de Dios, donde comencé una nueva etapa y experiencia en mi vida, la “quimioterapia”, me internaban ocho días al mes para ponérmela ,ahí vivía el miedo de ver a cada momento morir a una compañera de cuarto abatida por el cáncer, pero pese a esto me sentía feliz porque estaba luchando y tenía al doctor Landaverde a mi lado dándome nuevas fuerzas y positivismo, junto a él se me quito la depresión y comencé a subir de peso, aunque me sentía en momentos desmotivada al verme sin pelo, cejas y pestañas, pero yo sabía que esta era mi manera de luchar y que Dios estaba conmigo, y seguí con las mismas ganas de luchar y trabajando exactamente igual que antes. Con la quimio se me disminuyo el cólico que sentía en mi costado derecho, pero después de las 6 sesiones mi lesión seguía igual, pero teníamos una ventaja, no avanzo.

El doctor se encontraba demasiado preocupado y gracias a su insistencia logro que me viera la Doctora María Amalia Matamoros y su equipo médico, por lo que ingrese a la lista de espera de trasplante, en mi segunda cita con ellos me dejaron y me prepararon para realizarme el trasplante, pero debido a que el órgano que me habían donado, no se encontraba en perfecto estado me mandaron para la casa a seguir en la espera.

Así transcurrieron cuatro meses de mi primera cita, cuando en agosto del 2006 me llamaron a mi tienda, que me presentara al Hospital De Niños donde llevaba mi control, me fui con mi hijo en bus, yo deseaba que volara, iba feliz porque sabía que iba a ser el final de esa lucha, y daba gracias al Señor por esa familia que había donado el órgano para que yo tuviera vida.

En ese momento le dije a mi hijo con lagrimas en mis ojos, “sabes amor una cosa, y él me dijo, que fue mamita, no se me ponga así, me dijo donde me vio llorar, yo le respondí, ¿sabes qué día es mañana? Mañana cumplo años, vea que Padre tan bello tengo yo y el regalo tan hermoso que me va a dar, él está en todas, me lo tenía guardado y me estaba probando para ver hasta donde yo podía luchar para realizar su obra, seque mis lagrimas y me dije: Rossy, ahora sí, a echar para adelante como hasta ahora lo has hecho, ni un paso atrás, estas en las mejores manos, de los médicos que tanto buscaste.

Las horas que se llevaron en la preparación para la operación, se me hicieron pequeñas, mi esposo y mi hijo conmigo, yo estaba como que me estaban preparando para una fiesta, aprovechando cada segundo para poner en orden todo lo que tenía pendiente referente a mi casa, pagos de tarjetas, el negocio, etc.

Así me llevaron para el quirófano hasta donde mi hijo y mi esposo me acompañaron, ahí me despedí con una gran felicidad y con la certeza que cuando despertará todo iba a estar bien ya que en esos momentos estaba acompañada de la oración de toda mi familia y seres queridos, pedía a Dios que les diera la tranquilidad para soportar los días tan difíciles que venían para ellos y para el equipo de trasplantes hasta que me lograran estabilizar.

En el quirófano, me sentía tan contenta de ver que estaba rodeada de tantas personas cariñosas, donde solo escuchaba palabras positivas y yo en una profunda paz que me sentía más bien extraña, donde recordaba cómo me ponía de tensa que se me subía la presión y todos los signos cada vez que iba a una cita o me iban a hacer una biopsia en el Hospital México.

Haciendo oración y pidiéndole al Padre Celestial y a la Virgen María que estuvieran en todo momento junto a los médicos, me dormí con la seguridad que nuevamente iban a llegar a decirme que me tenía que ir nuevamente para la casa y recordando las sesiones de quimio.

Desperté a los 10 días después, cuando me decían que ya estaba trasplantada movía mi cabeza diciendo que no, porque en los días en que estaba comenzando a despertar sentía que estaba en las sesiones de quimioterapia, internada en el Hospital San Juan de Dios, ocho días seguidos entrando quimio a mi cuerpo por el catéter que tenía colocado dentro de mi pecho.

Acepte que estaba trasplantada hasta los catorce días cuando el Dr. Mora Badilla llegó a quitarme un drenaje, cogió mi mano y me la paso por la herida, por cierto fue un domingo, todo ese día pase dándole gracias a Dios, por haberme cuidado tanto desde pequeña, donde nunca tuve un padre terrenal pero que, recordando todo lo que había pasado desde pequeña y los vacías tan grandes de amor en mi vida, con este gesto de amor hacía mí, comprobaba que siempre me anduvo de su mano y que he sido una hija predilecta y escogida para algún propósito.

La recuperación fue lenta pero rápida, pero así debe de ser para que el trasplante sea exitoso, hoy día tengo ya dos años y nueve meses de trasplantada, donde todo ha sido una gran bendición y gran tranquilidad, donde me siento libre de miedos y temores, donde se que mientras yo siga las indicaciones de mis médicos mi vida transcurre tranquila y normal como cualquier ser humano, en mi hogar realizo los quehaceres igual que antes y en mi tienda trabajo normal, como le digo a mis clientes, como que si nada hubiera pasado, borrón y cuenta nueva… pero con una gran deuda con Dios, ya que siempre le había pedido que me indicara la misión que tenía encomendada por él en la tierra, y que por más que trataba no la encontraba, hasta después del trasplante lo comprendí…. Luchar por los que están pasando todo lo que yo viví, donde sentimos que el mundo se nos acaba y que nos cierran las puertas a las ansias de vivir, personas que tienen nuestras vidas en sus manos pero que piensan que siempre van a ser exentos a una angustia de estas, por tener el poder en sus manos.

Doy gracias infinitas a dios por darme la familia que tengo, mis amigas del alma que en ningún momento me abandonaron, y el haber encontrado a ese equipo médicos y personal administrativo del Centro de Trasplante Hepático, que nos enseñan que somos seres humanos y que están entregados por completo a nosotros los pacientes, y que cuando nos atienden nos sentimos como en casa y ya el miedo y temor que sentía anteriormente al trasplante desapareció.


Priscila Rodríguez relata su historia: una esperanza de vida

El año pasado mi madre se sometió a una operación de corazón abierto, esto por motivo que una de las válvulas no estaba funcionando, lo cual le traía muchas complicaciones en su diario vivir, la operación era para mejorar su estilo de vida y disminuir el cansancio y el dolor.

Al realizar la operación los doctores nos avisaron que todo había salido bien, que fue todo un éxito con respecto al trasplante de la válvula, sin embargo por cuestiones de la vida y porque esa fue la voluntad de Dios, en el momento de la operación mi madre sufrió un derrame cerebral, se tenía la esperanza que con los días ella despertara con terapia y tratamiento controlar lo del derrame, sin embargo su cuerpo no aguanto y mientras estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), una tarde se le diagnostico un edema cerebral provocando así una muerte cerebral, los doctores comentaban que solo un milagro podía ser que ella despertara, pero que no iba hacer la misma de siempre, estuvimos en espera que ella despertara 2 días, pero no fue así ya los médicos nos explicaron que no había nada que hacer, ya que mi mamá estaba con vida artificial y conectada a las maquinas.

En este momento la doctora le comentó a una tía que los órganos de mi mamá estaban en buen estado, que mientras nosotros tomábamos la decisión ella podía mantenerse conectada, mi tía nos comento acerca de la situación y como familia tomamos la decisión que si, en ese período tan difícil y con el dolor más grande de haber perdido una madre, una esposa, decidimos brindar a otra persona la dicha de vivir, ya que mi madre era una mujer que le gustaba ayudar a los demás y hacer el bien , y porque no, seguir ayudando a otras familias por medio de la donación de sus órganos.

Es por esto que tomamos la decisión de donar sus órganos, con el fin de saber que estábamos regalando una alegría a otra familia y así mismo sentir una satisfacción muy grande que por medio de mi mamá que fue una gran mujer, ofrecíamos esperanza de vida a otra persona.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente son personas espectaculares y con muchas ganas de vivir y salir adelante... un ejemplo para todos nosotros!!!

Atte: Beatriz

Anónimo dijo...

Ya tengo la gran bendición de haber cumplido mis 4 añitos de trasplantada. Día a día bendigo a mi familia donante, porque es mi familia anonima por no saber quienes son, bendigo a mis médicos por rescatarme de la muerte, a nuestra salud pública que nos da la posibilidad de recibir un trasplante, medicamentos y seguimiento sin importar la clase social a la que pertenecemos.
Ahora 4 años después siento que cada día la deuda es más grande con mi Padre Celestial y mis compañeros de lista de espera, donde siento que mi sanidad se la debo a ellos porque nunca dejaré de luchar por darles otra oportunidad de vida.

Rigo dijo...

Increible el video y la fuerza de Lucía... un ejemplo de verdad

Gladys dijo...

La Paz que transparentan las palabras de Priscila.. lena de emociónmi ser... al imaginar una actitud similar en los familiares de las donasntes de mis hijos...

Deseoo en Priscila agrdecer a todas esas familias que desinteresadamente apuestan a mejor la calidad de vidad y salvarla en muchos casos como fuel de mis hijos de seres que tienen los dias contados...

Gracias famila y Dios derrame bendiciones sobre Uds y sus seres queridos... multiplicando con creces la felicidad que hoy nos permiten vivir...

borjarevilla dijo...

Hola, en www.estrasplante.com pueden ver testimonios de españoles trasplantados realizando ejercicio fisico de alta intensidad, tienen sus testimonios, me gustaria poder publicar en este espacio mi propio testimonio soy borja trasplantado de riñon y hago deporte dealta intensidad.

Estrasplante dijo...

Gracias a los donantes hay mucha vida, las noticias sobre trasplantes son geniales, lo mejor que pasa en el mundo de la medicina, saben cuantos tipos de trasplantes se pueden realizar? es alucinante, al igual que todas aquellas grandes noticias sobre personas trasplantadas que logran seguir con su vida adelante, en la pagina web http://estrasplante.com pueden leerse comentarios, noticias, artículos sobre trasplantes.